El secreto del Zen consiste en sentarse, simplemente, sin objeto ni espíritu de provecho, en una postura de gran concentración. Esta manera desinteresada de sentarse se llama zazen.
Za significa sentarse, y Zen meditación, concentración. La enseñanza de la postura, que es la transmisión de la esencia del Zen, tiene lugar en un dojo (lugar en el que se practica la Vía) y es efectuada por un Maestro iniciado tradicionalmente en la línea de los patriarcas y de Buda. La práctica de zazen es muy eficaz para la salud del cuerpo y del espíritu, a los que conduce a su condición normal.
El Zen no puede ser encerrado en un concepto ni comprendido por el pensamiento. Requiere ser practicado. Es, esencialmente, una experiencia.
La expresión filosófica del budismo Zen no es un sistema de pensamiento estrecho y rígido, sino una transmisión de conceptos forjados por una experiencia milenaria y a la vez siempre nueva, la del Despertar.
La expresión filosófica del budismo Zen no es un sistema de pensamiento estrecho y rígido, sino una transmisión de conceptos forjados por una experiencia milenaria y a la vez siempre nueva, la del Despertar.
Algunas fórmulas de fuerza, algunas palabras clave polarizan y ordenan el campo de la experiencia vivida.
Las palabras responden, comunican, sin alterar su continuidad, la inatrapable fluidez de la realidad, ayudando a ceñirla. Las palabras iluminan la existencia cotidiana captada en su raíz. En el Soto Zen, el Maestro no dispensa su enseñanza solamente a través de conferencias. Regularmente procede a un intercambio de preguntas y respuestas con sus discípulos.
El ambiente de un mondo (mon: pregunta; do: respuesta) es a la vez jovial y profundo, libre y grave.
La respuesta del Maestro a la persona que pregunta va siempre más allá de la razón de la pregunta misma y a veces toma una forma enigmática y desconcertante a simple vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes dejar tus peticiones en las oraciones, tus preguntas, agradecimientos...etc.
No olvides que forma parte de la magia dar gracias al santo o a la entidad que cumplió tu petición o deseo y difundir su nombre para así dejar una puerta abierta para que te atienda en otras ocasiones.
¡¡Si tu petición se cumplió, se agradecido y deja tu comentario!!