Con las plantas los experimentos que lleves a cabo pueden hacerte pasar momentos inciertos e inquietantes. Al tratarse de seres vivos, sucede que los resultados de los organismos expuestos no son siempre los mismos, algo así como si sufrieran un bombardeo que influye en su ritmo biológico, que puede favorecer, estimular o disminuir su desarrollo y crecimiento.
Esto tiene una sencilla explicación: cada planta es un organismo viviente aunque sean especies idénticas, por lo tanto es única, y cada una reaccionará de forma distinta a la otra. Esta clase de individualidad tan semejante hace difícil que la Pirámide de resultados parejos.
Para ver qué tal mano tienes con las plantas, con tu Pirámide empieza por experimentar con semillas sembradas en maceta en el interior de la vivienda, o bien en jardín o campo abierto. Es seguro que en ambos casos el crecimiento de las plantas se manifieste más rápido y vigoroso al ser tratadas en el interior de la Pirámide. No es un experimento que necesite mucho tiempo de dilatación ya que el efecto vivificador se hace notar en seguida.
Tanto si siembras semillas en una maceta como si tienes que reavivar una planta de maceta que se te está poniendo mustia, ya sea de interior o de exterior tienes que situar la maceta al pie de la base, debido a la altura de la planta, no encima del taco de madera. La planta mustia a reavivar, colócala en el centro de la Pirámide y como siempre con una de sus caras al Norte, anotando su desarrollo cada día. Verás cómo en poco tiempo la planta revivirá, y se mostrará más colorida y vigorosa que antes.