La profecía se puede definir como la clarividencia en el tiempo y en el espacio.
Los que se apasionan por las investigaciones psíquicas y no pocos psicólogos, han aceptado como hechos indiscutibles y reales la clarividencia y la telepatía.
Durante la primavera del año de gracia de 1934, un español, don Tomás Menes, conocido en su patria por su gran habilidad en la predicción del porvenir, declaró que el canciller de Austria, Dollfuss, perecía violentamente dentro de los tres meses. Esto acontecía exactamente el 23 de mayo. El veinticinco de julio, vale decir a los dos meses y dos días de distancia, la profecía del augur maritense se cumplió plenamente...
Sin embargo, es éste un ejemplo demasiado reciente para que se pueda hablar con propiedad de "profecía". Pierre d'Ailly, nacido en el año 1350, y canciller de la universidad de París, era un hombre de estudio, filósofo, limosnero del Rey, obispo de Cambray y Cardenal, tenía gran versación también en geografía; y, tal vez, su libro "Inmago mundi" contribuyó no poco a convencer a Cristóbal Colón, para que se tratara de llegar a las Indias, partiendo desde el Occidente. Y esto lo afirmamos a citar, por lo tanto, al acaso, que el gran navegante genovés poseía un ejemplar de esa obra.
Alrededor de setenta años después de la muerte d'Ailly se publicó un libro póstumo de este notable autor, en el cual, entre otras muchas revelaciones curiosas, se citaba en modo especial el año 1789 como umbral de un período histórico, que debía alcanzar enorme importancia para Francia y para la humanidad entera. Está demás recordar que, en efecto, la Bastilla fue tomada en julio de 1789 y que allí comenzó la Revolución Francesa. Se cumplió así, casi a la letra en su sentido general, lo que el Cardenal había predicho en el momento en que refiriéndose precisamente a ese año 1789, escribiera: "Si para esa fecha el mundo no habrá sido destruido, lo que solamente Dios puede saber, acontecerán rebeliones y transformaciones sorprendentes, que trastornarán nuestras leyes y nuestra estructura política".
Todos aquellos que tiene familiaridad con las profecías de la Biblia, sabrán tal vez que el cumplimiento de las mismas ha sido constatado y confirmado por sabios estudiosos modernos, como, por ejemplo, las predicciones bastantes misteriosas de Jeremías y Ezequiel, y también las de Michea y Amos, entre los Profetas menores.
Acerca de la profecía que se afirma estar implícitamente contenida en las estructura y configuración de la Gran Pirámide de Egipto, ha surgido nada menos que toda una escuela especulativa y de investigación; y es convicción firme para muchos que esa profecía continúa cumpliéndose, también por lo que se refiere a los acontecimientos de nuestro días. Aún entre las respuestas de los Oráculos ambiguos de las épocas clásicas, griegas y romanas, hubo a menudo determinados pronósticos, confirmados más tarde por hechos concretos reales, como sería fácil demostrar a la luz de las pruebas.
Y finalmente, para mantenernos en los tiempos modernos, tenemos las múltiples profecías maravillosas de Nostradamus; pero, ¿cuántos de nosotros las conocen?
Tal vez la causa principal de esta ignorancia reside en la circunstancia de que esas predicciones están expresadas casi siempre en una forma deliberadamente oscura, es decir, cubiertas de un velo más o menos transparente, que, en el siglo decimosexto en el que fueron escritas, a veces se tornaba indispensable.
Estas predicciones están contenidas en una recopilación de cuartetas, con el título de "Centurias" y de ellas, por ahora, citaremos aquí como ejemplo, una sola:
"El león joven vencerá al viejo en combate en campo abierto; le perforará un ojo a través de una jaula de oro, y así le hará perecer de una muerte espantosa".
Y he aquí la explicación histórica de la misteriosa cuarteta y la manera en que se cumplió la profecía:
Nostradamus era contemporáneo de Enrique II, rey de Francia. En el mes de julio de 1559 el Rey, para celebrar el casamiento de su hermana Margarita con el Duque de Saboya, ordenó una serie de fiestas, entre las cuales hubo un torneo de magnificencia desacostumbrada. Ducho en el manejo de las armas, él mismo quiso invitar gentilmente a uno de sus huéspedes, el joven conde Montgomery, a romper lanzar con él. El conde, en su primer momento, declinó modestamente honor tan preciado y grande; pero Enrique insistió tanto que tuvo que ceder finalmente. Aconteció que, en el fervor de la lucha, la aguda punta de la lanza del joven penetró en la visera del morrión de oro de su regio contrincante, que sufrió la perforación de un ojo, y algunos días después falleció entre horribles sufrimientos.
Además, Nostradamus predijo también la Revolución Francesa, con detallas a menudo realmente impresionantes, y muy claros aun bajo el velo de su lenguaje peculiarísimo.
Nostradamus era contemporáneo de Enrique II, rey de Francia. En el mes de julio de 1559 el Rey, para celebrar el casamiento de su hermana Margarita con el Duque de Saboya, ordenó una serie de fiestas, entre las cuales hubo un torneo de magnificencia desacostumbrada. Ducho en el manejo de las armas, él mismo quiso invitar gentilmente a uno de sus huéspedes, el joven conde Montgomery, a romper lanzar con él. El conde, en su primer momento, declinó modestamente honor tan preciado y grande; pero Enrique insistió tanto que tuvo que ceder finalmente. Aconteció que, en el fervor de la lucha, la aguda punta de la lanza del joven penetró en la visera del morrión de oro de su regio contrincante, que sufrió la perforación de un ojo, y algunos días después falleció entre horribles sufrimientos.
Además, Nostradamus predijo también la Revolución Francesa, con detallas a menudo realmente impresionantes, y muy claros aun bajo el velo de su lenguaje peculiarísimo.
Un estudioso alemán, el doctor Maximiliano Kemmerich, quiso calcular las probabilidades que tuvo Nostradamus para adivinar los nombres de las personas y de los lugares citados en sus "Centurias"; con su estudio llegó a la conclusión de que, matemáticamente, están a una contra el infinito, es decir: cero.
Deduce por lo tanto de este cálculo, que no puede tratarse absolutamente de una casualidad y que Nostradamus "era un verdadero profeta, provisto del don de la clarividencia en el espacio y en el tiempo".
Otro estudioso de las profecías bíblicas, un sabio inglés, en una obra escrita en 1886 predijo que el año 1917 sería de enorme importancia para Palestina y para Inglaterra. Ahora bien, en 1917 el general Allenby conquistó la Palestina y tomó Jerusalén; de esta manera la misma Palestina, después de trece siglos de dominación musulmana, fue gobernada por cristianos, es decir, por Inglaterra de acuerdo a un mandato de las demás potencias aliadas en la Gran Guerra, que se combatió desde 1914 hasta 1918.
El astrólogo inglés predijo, en el año 1651 la peste que despobló a Londres en el año 1665 y el gran incendio de 1666. Esta última profecía, además se comprobó tan fiel a la verdad de los hechos, que una Comisión nombrada por el Parlamento examinó con mucha severidad a Lilly, para poner en claro si no hubiese tenido muy distinto conocimiento de ese azote, fuera del que podía brindarle su sabiduría astrológica.
Otro inglés, finalmente, A. J. Peace, predijo en el año 1868 —es decir, cuando el rey Jorge, recientemente fallecido, era todavía un niño de dos años de edad y tenía otros hermanos mayores con derecho a precederle en el trono—, que habría llegado a ser soberano del Reino Unido con el nombre de Jorge V.
Desde el siglo décimo octavo ha sido famosa la profesión de Santiago Cazotte, quien, una noche, en un aristocrático salón de París, predijo a cada uno de los presentes, cuál sería su suerte durante la revolución que se avecinaba.
Desde el siglo décimo octavo ha sido famosa la profesión de Santiago Cazotte, quien, una noche, en un aristocrático salón de París, predijo a cada uno de los presentes, cuál sería su suerte durante la revolución que se avecinaba.
Recientemente, serias investigaciones de hombres de estudio y de ciencia han llevado a reconocer la autenticidad de esa predicción, cuyos detalles son muy fáciles de hallar. Durante los años que precedieron la conflagración de 1914, se hicieron no pocas predicciones acerca del período de dolor y de sangre que debía atravesar Europa por la Gran Guerra. Más aún, un vidente llamado Georgievitz Weitzer, que escribía con el seudónimo de Surya, predijo en forma exacta, que los once años que van desde 1909 a 1920 constituirían para Europa un lapso de graves cambios y catástrofes: era la Primera Guerra Mundial.
Como cosa notable hemos de señalar, que todos los astrólogos y videntes, prácticamente sin excepción, predijeron para Alemania una guerra espantosa durante años 1913-1916 que sería la madre de una segunda guerra más terrible aún. Muchos hombres tienen el poder de ver en el tiempo y a través de la historia, los ecos de esas profecías nos han preparado para el porvenir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes dejar tus peticiones en las oraciones, tus preguntas, agradecimientos...etc.
No olvides que forma parte de la magia dar gracias al santo o a la entidad que cumplió tu petición o deseo y difundir su nombre para así dejar una puerta abierta para que te atienda en otras ocasiones.
¡¡Si tu petición se cumplió, se agradecido y deja tu comentario!!