El Centro de Investigación del Hospital Psiquiátrico de Chicago efectuó unas interesantes experiencias científicas, a cargo de los doctores Kleitman y Dement con sus equipos.
Los experimentos llevados a cabo descubrieron que ciertos sueños revelaban enfermedades secretas que empezaban a gestarse en el organismo humano, como ha podido comprobarse desde entonces.
El doctor Kleitman se interesó por dichos estudios a raíz de un caso célebre que conmovió a la mayoría de psiquiatras de los Estados Unidos. Su método posterior fue consecuencia directa de la observación de dicho caso, a cuya investigación dedicó muchos años. El caso es el siguiente:
Un rico comerciante llamado Francis O'Brien, de Nueva York, decidió psicoanalizarse, para lo cual fue anotando todas las mañanas los sueños que tenía por la noche, a fin de contárselos dos veces por semana a su médico.
Con gran curiosidad, comprobó que de octubre a diciembre de 1954 había soñado diecisiete veces lo mismo. Este sueño era muy simple.
Perseguido implacablemente por la Policía, el durmiente advertía siempre que le costaba gran esfuerzo andar, como si sus pies estuviesen clavados al suelo. La continuación del sueño era peor aún. Sus perseguidores lo arrojaban al suelo, atándole las piernas con gruesas cuerdas que apretaban mucho sus extremidades inferiores.
El psicoanalista se equivocó en su diagnóstico, ya que consideró que se trataba de un autocastigo: la conciencia del enfermo le reprochaba algún acto culpable. La verdad, un año más tarde, reveló ser más sencilla.
Un día de febrero de 1955; al atravesar Central Park para dirigirse a su oficina, se sintió víctima de una terrible parálisis que sólo afectaba a sus miembros inferiores. Si su psiquiatra hubiese sabido interpretar adecuadamente el sueño, posiblemente se habría llegado a tiempo de impedir tal parálisis.
Los sueños recurrentes, cuando no se refieren a hechos pasados, deben consultarse al psiquiatra, según aconseja la ciencia moderna. Generalmente, son el aviso de una enfermedad o un posible accidente. Por consiguiente, es conveniente tomar buena nota de todos los sueños y tratar de recordarlos con la mayor claridad al despertar, cuando aún están frescos en nuestra mente.
Los sueños precognitivos, afortunada o desdichadamente, suelen cumplirse siempre. Claro que otros también pueden servirnos de advertencia. Ante un sueño perturbador ¿por qué no preguntarse si ello puede proporcionarnos algún indicio digno de ser tenido en cuenta o examinado más de cerca?
Algunas veces, por este método, es posible lograr intuiciones que luego, la reflexión confirmará, enseñándose cómo hemos de actuar para aprovechar de la mejor manera las advertencias que nuestro inconsciente nos transmite de manera incesante.
También es posible que así descubramos traumas, deseos e inquietudes que en él se esconden y que pueden ser fácilmente corregidos o desvanecidos.
La enumeración de sueños (repetimos que sólo nos referimos al objeto o atributo más destacado de un sueño) que damos en nuestro particular diccionario a continuación, y ordenado alfabéticamente por cada una de las letras del abecedario, ilustrará más aún todo lo relativo a los sueños precognitivos y a estudiar atentamente los mismos.
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