A la hora de utilizar tu péndulo puedes hacerlo utilizando "testigos" para que la búsqueda o la pregunta que vayas a realizar sea más efectiva. Para ellos debes adquirir un péndulo que tenga un pequeño espacio o compartimento determinado para incluir en él el testigo. Los testigos son sencillamente una pequeña muestra de los que buscamos o de la pregunta que vamos a realizar. Por ponerte un ejemplo muy sencillo piensa en cuando se utiliza un perro para rastrear y le das a oler una prenda de la persona que estás buscando. En el caso del péndulo lo que haces es poner esta pequeña muestra dentro para "que sepa" que es lo que debe buscar.
La radiestesia física postula la existencia de un rayo que une todos los cuerpos de la misma naturaleza, ya sean los originales o los sustitutos. Pero, puesto que el testigo, por ejemplo mineral, es susceptible de recibir llamadas de alerta de diferentes lados, ¿no se correría así el peligro de falsear el carácter generalmente único de la búsqueda? Soporte representativo, suplente a veces obligado, el poder convencionalmente evocador del testigo tiene en todo caso el mérito de reservar una atención exclusiva al objeto de la búsqueda y de prevenir cualquier fallo de concentración.
Los testigos naturales son muestras de los materiales buscados, pueden incluso no ser más que derivados, de cualquier dimensión, en bruto o trabajados. Del mineral puede servir el metal que contiene, y del metal, el mineral que lo contiene; de las personas, su cabello, sus uñas, su sangre...
Los testigos impregnados del contacto íntimo con las personas o con las cosas: es decir, prendas de vestir y todos los objetos personales; las cintas de cássette o de video aunque estén borradas; los recipientes de todo tipo y, por extensión, las viviendas. «Las cosas tienen un alma.» Ahí está su poder.
Los testigos artificiales como los dibujos, los esquemas, los mapas geográficos, las láminas anatómicas, las palabras-testigos y las preguntas escritas. Su uso es dictado por la imposibilidad de procurarse otros testigos, salvo por abstracciones como en el caso de la caracterología, por la comodidad de disponer de una lista de palabras-testigos como ocurre en la radiestesia médica. La reproducción por su propia mano aumentará, debido a la impregnación mental, su poder de sugestión.
El testigo universal: como todo irradia a través de todo, cualquier objeto puede servir de testigo en todas las búsquedas.
La fotografía también es considerada como un testigo natural. La prueba, ejemplar obtenido a partir de un negativo, comprende, además de la imagen luminosa del sujeto representado, una imagen radiestésica que integra toda su personalidad, su estado de vida o muerte, su situación pasada y presente, la señal de sus dificultades, sus diferentes desplazamientos y sus lugares de permanencia.
Hay que señalar que la imagen dará lugar a una búsqueda más difícil debido a que su radiación, como se dice vulgarmente, se ve debilitada por las diferentes fases de la reproducción.
La emulsión, preparación que se vuelve sensible a la luz fotográfica, es impresionada por rayos, unos luminosos, otros invisibles, que forman dos imágenes superpuestas, una de las cuales sólo será percibida por medio del sentido radiestésico. Antes de pasar la emulsión por el revelador, nada indica la presencia de la imagen latente, nada permite diferenciar la emulsión expuesta de la emulsión virgen. Por tanto, si en lugar de pasar la emulsión impresionada por el revelador, se somete a la acción de los baños fijadores, la imagen no aparecería; ésta se confundiría con la imagen radiestésica igualmente invisible. Sobre la emulsión así fijada sin haberse realizado el revelado, se podría entonces reconocer con el péndulo la presencia y la forma de las imágenes. Es el contacto inmediato entre el negativo y la prueba lo que asegura la transmisión de la imagen radiestésica, cuyo poder de radiación es tan fuerte que toda superficie tocada por ella conservará un remanente.
El sujeto debe ser fotografiado de pie y solo, pues las radiaciones emanadas de otras personas afectarían a la búsqueda. De ser necesario, será aislado cubriendo parte de la foto o recortándola. De esta manera, desaparecerán de la foto todas las impregnaciones que se hayan producido durante su manipulación.
Perfecto sustituto del sujeto allí representado, la foto le suplanta a menudo en la radiestesia médica. El examen con el péndulo revela a través de la fotografía incluso las enfermedades en vías de formación, mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas.
Los testigos impregnados del contacto íntimo con las personas o con las cosas: es decir, prendas de vestir y todos los objetos personales; las cintas de cássette o de video aunque estén borradas; los recipientes de todo tipo y, por extensión, las viviendas. «Las cosas tienen un alma.» Ahí está su poder.
Los testigos artificiales como los dibujos, los esquemas, los mapas geográficos, las láminas anatómicas, las palabras-testigos y las preguntas escritas. Su uso es dictado por la imposibilidad de procurarse otros testigos, salvo por abstracciones como en el caso de la caracterología, por la comodidad de disponer de una lista de palabras-testigos como ocurre en la radiestesia médica. La reproducción por su propia mano aumentará, debido a la impregnación mental, su poder de sugestión.
El testigo universal: como todo irradia a través de todo, cualquier objeto puede servir de testigo en todas las búsquedas.
La fotografía también es considerada como un testigo natural. La prueba, ejemplar obtenido a partir de un negativo, comprende, además de la imagen luminosa del sujeto representado, una imagen radiestésica que integra toda su personalidad, su estado de vida o muerte, su situación pasada y presente, la señal de sus dificultades, sus diferentes desplazamientos y sus lugares de permanencia.
Hay que señalar que la imagen dará lugar a una búsqueda más difícil debido a que su radiación, como se dice vulgarmente, se ve debilitada por las diferentes fases de la reproducción.
La emulsión, preparación que se vuelve sensible a la luz fotográfica, es impresionada por rayos, unos luminosos, otros invisibles, que forman dos imágenes superpuestas, una de las cuales sólo será percibida por medio del sentido radiestésico. Antes de pasar la emulsión por el revelador, nada indica la presencia de la imagen latente, nada permite diferenciar la emulsión expuesta de la emulsión virgen. Por tanto, si en lugar de pasar la emulsión impresionada por el revelador, se somete a la acción de los baños fijadores, la imagen no aparecería; ésta se confundiría con la imagen radiestésica igualmente invisible. Sobre la emulsión así fijada sin haberse realizado el revelado, se podría entonces reconocer con el péndulo la presencia y la forma de las imágenes. Es el contacto inmediato entre el negativo y la prueba lo que asegura la transmisión de la imagen radiestésica, cuyo poder de radiación es tan fuerte que toda superficie tocada por ella conservará un remanente.
El sujeto debe ser fotografiado de pie y solo, pues las radiaciones emanadas de otras personas afectarían a la búsqueda. De ser necesario, será aislado cubriendo parte de la foto o recortándola. De esta manera, desaparecerán de la foto todas las impregnaciones que se hayan producido durante su manipulación.
Perfecto sustituto del sujeto allí representado, la foto le suplanta a menudo en la radiestesia médica. El examen con el péndulo revela a través de la fotografía incluso las enfermedades en vías de formación, mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes dejar tus peticiones en las oraciones, tus preguntas, agradecimientos...etc.
No olvides que forma parte de la magia dar gracias al santo o a la entidad que cumplió tu petición o deseo y difundir su nombre para así dejar una puerta abierta para que te atienda en otras ocasiones.
¡¡Si tu petición se cumplió, se agradecido y deja tu comentario!!