EL TOTEM SALTAMONTES: ABUNDANCIA, BUENA SUERTE, AVANZAR A GRANDES PASOS...

Aunque los antiguos hebreos veían en el saltamontes un símbolo de las plagas, este insecto ha tenido un lugar de honor y ha sido muy respetado en otras culturas.

 

En China, tanto los saltamontes como los grillos simbolizaban el buen humor, la buena suerte, la abundancia y la virtud, e incluso había gente que creía que sus familiares volverían a la vida bajo la forma de un saltamontes o un grillo, y construían pequeñas jaulas donde guardarlos.

 

Por otra parte, para los antiguos griegos, el saltamontes era símbolo de nobleza.

Como su propio nombre indica, el saltamontes se desplaza y evita a sus depredadores con su asombrosa capacidad de salto, pues es capaz de saltar horizontalmente hasta 20 veces la longitud de su cuerpo; motivo por el cual las personas que tienen a este insecto como tótem harán bien en tomar impulso y dar grandes saltos en su vida en los momentos cruciales.

 

Las patas traseras del saltamontes tienen una constitución muy diferente a la del resto de sus patas o de las patas de otros insectos, dado que son mucho más largas y disponen de unos fuertes músculos que el saltamontes domina de una forma exquisita. Todo esto nos indica que las personas que tienen al saltamontes como tótem no se moverán ni fluirán por la vida del mismo modo en que lo hacen los demás.

 

Sus avances no serán progresivos, e incluso pueden llegar a tener la sensación de haberse quedado estancadas, mientras los demás les superan y se alejan. Pero no deben desanimarse, ya que, cuando el saltamontes aparece, anuncia la inminencia de un gran salto adelante, un salto que probablemente las llevará a superar a todos los que en un principio las habían sobrepasado.

 

Los saltamontes buscan instintivamente los lugares más soleados de su entorno, y saben muy bien cuándo pueden estarse quietos, calentándose bajo el sol, y cuándo hay que dar saltos. De modo que confía en tus propios instintos y ritmos si este es tu tótem, pues lo que funciona para otras personas puede que no te funcione a ti, y viceversa.

 

Escucha a tu voz interior para saber cuándo hay que dar un salto en cualquier área de tu vida.

 

Los saltamontes tienen un órgano similar al tímpano en las patas delanteras, que se activa cuando respiran y que les permite localizar los sonidos moviendo las patas en diferentes direcciones. Y esta conexión entre la percepción del sonido y las patas es sumamente significativa, de modo que confía en tu voz interior.

 

Las personas que tienen al saltamontes como tótem tienen una extraña habilidad para cazar de un salto operaciones de éxito, habilidad que se agudiza poderosamente cuando aprenden a escuchar su voz interior y siguen sus propios instintos.

 

En ocasiones, el saltamontes puede aparecer si nos negamos a escuchar esa voz, o bien si tememos dar un salto en la vida; pues, en muchos momentos, tales temores surgen de la idea de «nadie lo ha hecho anteriormente de este modo». Por todo ello, las personas saltamontes tienen que aprender a dar saltos, pues la vida solo se nos complica cuando nos negamos a movernos y, en definitiva, el saltamontes siempre salta hacia delante, nunca hacia atrás.